TIJUANA, LA HISTORIA QUE TODOS DEBEMOS CONOCER

Fundada oficialmente el 11 de julio de 1889 | Colaboración especial por Carlos López “El Topo”

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Tijuana BC, 16 de diciembre de 2019.- Tijuana se funda oficialmente el 11 de julio de 1889, sin embargo la historia de esta frontera es única debido a su posición geográfica tan cercana a los Estados Unidos, haciéndola naturalmente parte del corredor de tránsito de ida y vuelta con ciudades como San Diego, Los Ángeles y San Francisco.

Así empezó una amena charla con el historiador e investigador, José Gabriel Rivera Delgado, presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística correspondiente a Tijuana.

Es decir, si Tijuana existe, es gracias a este punto de unión que le significa su límite de frontera; por lo que  siempre ha compartido más similitudes con San Diego, California que con alguna otra ciudad de México, ya que entre ambas no hay barreras naturales que las dividan, el ecosistema es el mismo y la única división que existe entre ambos es una barda metálica impuesta por el hombre.

Tijuana al estar tan alejada del resto de México en la esquina de la península de Baja California y además arrinconada por la sierra del estado, aislada por los desiertos, y dividida por dos mares dejándola al olvido en el extremo más septentrional del país; a donde el acceso, antes de 1958, era una travesía insufrible.

Cabe mencionar que antes de 1946 llegar a Baja California por México era muy difícil, prácticamente imposible, debido a que la primera conexión ferroviaria con el centro del país se terminó en 1946 y la carretera se concluyó posteriormente en 1958. Y ni la vía férrea ni la carretera llegaban hasta Tijuana, haciendo el límite de ambas vías terrestres la ciudad de Mexicali.

Pero, ¿cómo es que a pesar de todas esas dificultades Tijuana hoy día figure como una de las cuatro ciudades más importantes de México, contando con más de dos millones de habitantes? Y ¿Cómo llegaron aquí esos migrantes?

La respuesta a esas interrogantes está en el hecho que aunque hoy día pensamos en los estados de Texas, Arizona, Nuevo México, California como parte de los Estados Unidos y automáticamente les adjudicamos una frontera entremedio, la realidad es que esos estados eran parte de México y la conexión es natural, no hay realmente impedimentos como montañas, mares o lagos que establezcan tal división.

Por lo tanto cruzar por Estados Unidos fue la ruta preferida de los migrantes que llegaron a Tijuana en el siglo XIX y principios del XX.  He aquí algo de contexto: En el siglo XIX, después de la guerra “México-Estados Unidos”, que finalizó en 1848 y después con el tratado Guadalupe-Hidalgo los límites de la frontera fueron demarcados.

Pueblos que anteriormente habían sido uno solo, ahora de repente quedaron de un lado de la frontera separados del otro, y así sucedió en todo lo largo de la frontera. Por Ejemplo: Ciudad Juárez quedo del lado Mexicano y El Paso, Texas quedo del lado americano. Lo mismo sucedió con el paraje de Tijuana que había pertenecido originalmente al territorio de la Misión de San Diego, pero debido a la nueva jurisdicción, Tijuana y San Diego ahora quedaban separados entre dos naciones diferentes.

En esos tiempos los indígenas Kumiai acudían a la misión de San Diego para ser bautizados y cuando los frailes les preguntaban de dónde venían, estos apuntaban hacia el sur diciendo “Tikuan” que en su vocablo significa “Cerro de la Tortuga” en referencia al cerro colorado que dominaba el firmamento, se cree que de ahí se origina el nombre de la ciudad de Tijuana.

Posteriormente la mayor parte de lo que hoy es Tijuana pertenecía a la familia Argüello, que dividían su tiempo entre Tijuana y San Diego, donde a mediados del siglo XIX nuestra ahora ciudad, contaba solo con unas cuantas decenas de personas esparcidas en sus tierras.

En cuanto Estados Unidos tomo posesión de California en 1848, las ciudades de San Francisco y Los Ángeles empezaron a florecer vertiginosamente. La primera por su famosa fiebre del oro que atrajo gambusinos de todo el mundo y la segunda por su buen clima que permitía la agricultura. Posteriormente, en los 1880’s, los descubrimientos de petróleo en Los Ángeles detonó aún más este crecimiento.

Para 1874 se abrió en Tijuana la primera posta fronteriza en lo que hoy es la Zona Norte, muy cercana al callejón Z. Para entonces las ciudades del corredor californiano de San Diego, Los Ángeles y San Francisco ya tenía miles de habitantes que en calidad de turistas se aventuraban a lo más cercano que tenían de México que en este caso era Tijuana con el fin de conocer otro país y a la vez adquirir sus mercancías mexicanas, curios, y a disfrutar de la gran atracción de sus aguas termales, ya que estas tenían propiedades curativas, calmaban los dolores causados por artritis reumatoide y otras dolencias.

Pero también acudían a divertirse, ya que, muchas actividades que estaban prohibidas en unión americana como la pelea de gallos, carrera de caballos y box, estaban solamente permitidas en Tijuana.

Para finales del siglo XIX en Tijuana ya había unos cientos de mexicanos que habían emigrado del sur del país, la mayoría habían ingresado a Tijuana desde San Diego, debido a que el pequeño pueblo poco a poco recibía más turistas generando con esto nuevos empleos y sin la necesidad de quedarse en el país vecino.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX la mayoría de los que migraban a Tijuana lo habían hecho siguiendo la ruta ya trazada por Ciudad Juárez o alguna otra ciudad a lo largo de la frontera con Estados Unidos hacia Los Ángeles, para allegarse a San Diego y  después ingresar a Tijuana. Esa era la vía de acceso más sencilla, ya que en esas fechas no había carretera hacia nuestra ciudad del lado mexicano y los caminos norteamericanos eran mucho más seguros.

Otra manera que utilizaron los migrantes hacia la Baja California fue a través del mar, embarcándose usualmente en Mazatlán o Guaymas y circunnavegando el Mar de Cortez para arribar a Ensenada pero esos eran los menos. Además, no había carretera de Ensenada a Tijuana y se tenía que venir a caballo o carreta por los caminos que solía tomar un par de días antes de arribar a esta esquina del mundo.

La primera mitad del siglo XX vio un incremento lento pero a la alza constantemente. Durante la revolución mexicana miles de ciudadanos huyeron hacia Estados Unidos que al ver la prosperidad que yacía en esta nueva ciudad fronteriza decidían regresar de vuelta a su país o en su defecto eran deportados y se quedaban en Tijuana.

En el año de 1920, con la ley “Volstead” que prohibía la venta de alcohol en la unión americana provocó que miles de americanos adquirieran el preciado líquido de manera ilegal o que se dirigieran fuera del país para obtener su tan deseada embriaguez.

Así fue como miles de americanos viajaban hacia Tijuana, lugar donde nuevas cantinas aparecían, casinos, burdeles, hipódromos supliendo así la demanda que el consumidor extranjero solicitaba. En el censo de 1921 la población de Tijuana era de 1200 habitantes para 1930 esta se había multiplicado exponencialmente a 11,000 habitantes. Debido a ello, la ciudad que originalmente llevaba un trazo y una planeación, se vio arrasada por la muchedumbre que empezó a construir en laderas y faldas de cerros haciendo caso omiso de permisos o regulaciones de construcción.

A partir de ahí, el Casino Agua Caliente que contaba con cuartos de hotel, salas de juego, teatro, shows, alcohol, casas de citas, aguas termales, alberca, fuentes, y todo lo que el dinero podía adquirir, prosperó convirtiéndolo en el lugar más prestigioso del mundo de su índole. Para entonces la industria del cine en Hollywood que había iniciado a principios del siglo XX ya estaba en su apogeo y estrellas de la talla de Rodolfo Valentino, Rita Hayworth, Los Hermanos Marx, Jimmy Durante, Bing Crosby, Clark Gable o personajes como Al Capone visitaban Tijuana en búsqueda de diversión y de hacer todo aquello que en su país de origen no les era permitido.

Para 1929, la gran depresión económica ocasiono que muchos mexicanos que trabajan en diversas ocupaciones en los estados unidos regresaran a México y debido a que Tijuana era la ruta más cercana a su país de origen y la “Ley Volstead” aún estaba en efecto, mejor conocida como la Ley Seca y que fue derogada hasta 1933, la ciudad contaba con una alta tasa de empleo lo que provocó que una gran mayoría terminaran quedándose como residentes permanentes.

Para 1935 el presidente Lázaro Cárdenas prohibió los juegos de azar en la frontera, provocando que el Casino Agua Caliente decayera y esa época de bonanza se esfumara.

Durante los años 30, la ciudad había crecido a varios miles de habitantes detonando comercios de primera necesidad; carnicerías, mercados, iglesias, hospitales, sindicatos, escuelas, estaciones de policía, dándole así un nuevo giro a la ciudad.

En 1941, los Estados Unidos entraron a la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los jóvenes estadunidenses fueron convocados a unirse al ejército, dejando un hueco enorme en el campo laboral, especialmente en los sectores de la agricultura y manufactura, dando pié a la creación del “Programa Bracero” instituido entre México y Estados Unidos para suplir la falta de mano de obra.

La guerra terminó en 1945 y varios trabajos empezaron a desocupar a los migrantes mexicanos los cuales prefirieron regresar a su país quedándose muchos de ellos en la ciudad de Tijuana. Este fenómeno siguió sucediendo paulatinamente al paso que los empleadores desocupaban a los migrantes que poco a poco regresaban a México haciendo de esta su nueva ciudad de residencia. Este fenómeno duro aproximadamente hasta mediados de los años 60.

Otro factor que le dio fama internacional durante los tiempos de la guerra fue el hecho que los soldados norteamericanos estacionados en San Diego solían venir en sus días libres a la avenida revolución y visitar las cantinas y prostíbulos que Tijuana ofrecía. Dándole así fama internacional.

Durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial Tijuana tuvo un crecimiento sin precedentes en su historia, una vez terminada la vía férrea hacia Baja California y la carretera de Sonoyta a Mexicali, los mexicanos del interior tuvieron otra ruta más para poder llegar a ella. Aunado al hecho de que a partir de los años 70 los vuelos comerciales se popularizaron y las alternativas de acceso se multiplicaron.

Pero bueno esa es otra historia que narraremos en una segunda parte de Tiijuana, la historia que todos debemos conocer. 

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