La presente crítica, es una colaboración resultado de la clase «Crítica de danza» que imparte nuestra directora y fundadora; la periodista cultural Eunice Contreras, en la Escuela de Daza Gloria Campobello.
Por Salma Keyth Rios Campos
Alumna de la Licenciatura en Danza Clásica de la Escuela de Danza Gloria Campobello e integrante de la clase de «Crítica de Danza»
TIJUANA BC, 13 de diciembre de 2024.- “Josefina, la niña nahuala” de Ray Garduño Michel Guerra fue presentada en la XVI Semana de teatro para niñas y niños en el Centro Cultural de Tijuana, es una obra que afronta temas culturales profundos el cual rescata el valor de la lengua y la identidad náhuatl en México.
A través de Josefina, una niña que enfrenta el reto de aceptar sus raíces y el idioma de su comunidad, la obra busca sensibilizar sobre la riqueza y la importancia de preservar las lenguas indígenas en un mundo que tiende hacia la unión y armonización cultural.
Josefina es una niña que debe enfrentar la brecha entre las tradiciones de su comunidad y las influencias del mundo exterior.
La obra profundiza en la relación entre Josefina y su padre, quien, por amor y protección, le impide salir con libertad, buscando preservar su cultura en un entorno que no siempre la valora. Este conflicto refleja un dilema común en muchas comunidades indígenas que luchan por proteger sus tradiciones en una sociedad que las marginaliza.
Los sucesos nos llevan por un viaje emocional en el cual como público muestra esta tensión generacional y el sacrificio que conlleva salvaguardar y mantener una identidad cultural. La relación de Josefina con su padre no solo es un reflejo de amor, sino también una representación de los temores de las generaciones mayores de perder su cultura en el proceso de integrarse a una sociedad más amplia.
Esta historia se presenta de manera accesible, lo que permite que tanto niños como adultos se sientan atraídos por el viaje de autodescubrimiento de Josefina. Además, la inclusión de elementos en náhuatl aporta autenticidad y un sentido de orgullo cultural que invita a los espectadores a valorar y respetar la herencia indígena.
Sin embargo, la narrativa podría enriquecerse de algunos aspectos, como indagar más en los miedos y temores de su padre, su frustración por mantener viva la cultura familiar, de esta manera empatizamos con este personaje y entendemos sus motivos, también podrían incluir más elementos sonoros que lleven al espectador a una atmósfera de la comunidad de Josefina, estos aspectos podrían mejorar la obra ya que puede sentirse un poco lineal.
En resumen, “Josefina, la niña náhuatl” es una obra conmovedora y educativa que aborda temas importantes sobre la preservación cultural, los conflictos generacionales y el autodescubrimiento. Es una historia relevante y bien intencionada que destaca la importancia de la identidad y el idioma en la formación personal.