LA RESTAURACIÓN Y REMOZAMIENTO DEL FRONTISPICIO DE LA CASA DE LA CULTURA DE TIJUANA ES VITAL POR LA SEGURIDAD DE LAS Y LOS USUARIOS

0
98

**La remoción del frontispicio para su restauración y reincorporación posterior es resultado de una gestión nunca antes lograda para Tijuana, tras la reciente firma de alianza de preservación del patrimonio cultural entre el Ayuntamiento de Tijuana y el INAH

Por Eunice Contreras

TIJUANA BC, 17 de septiembre de 2025.- La Casa de la Cultura de Tijuana es, tal vez, el inmueble histórico y cultural más emblemático de nuestra joven frontera. Desde 2014, año en que se obtuvo la declaratoria de Patrimonio Cultural para el mismo, su deterioro ha sido inminente, sobre todo porque no había habido administración municipal que fuese categórica en hacerle frente a lo que significa la preservación y restauración del espacio; sin contar que munícipes anteriores no integraron en su agenda de prioridades la preservación del patrimonio cultural.

Si bien es cierto que la actual administración municipal ha sido unilateral en toma de decisiones para el avance del desarrollo artístico y cultural en Tijuana convirtiendo, de la noche a la mañana, al Instituto Municipal de Arte y Cultura en Secretaría, también es cierto que hoy día ha dado un avance claro en materia de preservación y restauración del patrimonio histórico, logrando que una entidad federal relativa al tema, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, supervise y guíe a nuestros gobiernos para la remoción, restauración y reincorporación no solo del frontispicio de la Casa de la Cultura de Tijuana, sino de las áreas que representan un peligro inminente para los usuarios del inmueble.

Quienes conocemos y habitamos la Casa de la Cultura de Tijuana, sabemos también de sus males, hoy día el frontispicio, pero desde antes, salones con filtraciones de drenaje, ventanas que no son del todo seguras, espacios y foros escénicos que han dejado de usarse porque no están en condiciones para reactivar su operación, sumado a la falta de rampas de acceso para las personas discapacitadas, entre otras necesidades que desde hace más de una década no se han sido atendidas.

En una entrevista telefónica con la Secretaria de Cultura en Baja California, Alma Delia Ábrego Ceballos, comentó a Escena Norte la importancia de la transparencia en esta toma de decisiones, en primera instancia porque más allá de la restauración del espacio está la seguridad física de las niñas, niños, jóvenes y personas de todas las edades que hacen uso del inmueble; destacando que nos encontramos ante una situación de emergencia, dadas las condiciones físicas de la pieza en cuestión, cuyo peso es de una tonelada.

En torno a este logro, que va desde la gestión hasta la prevención de un posible colapso de la pieza a restaurar, está el comportamiento de la comunidad cultural en redes sociales, quienes han armado toda una revuelta al respecto señalando esta decisión que, en primera instancia no fue unilateral, al contrario, desde el momento en que dicha sesión se hace pública por redes sociales, desde ese momento la comunidad cultural debe considerar todo lo que se está previniendo con esta decisión, que dicho sea de paso, está siendo aprobada por expertos en la materia.

Recordemos ante todo que, la Secretaría de Cultura de Baja California es la instancia que preside el Consejo de Patrimonio Cultural del Estado, como un órgano rector en la toma de decisiones integrado por diversas partes; de ahí que, dicha sesión en su carácter de extraordinaria obedezca a una solicitud del propietario del inmueble que, en este caso es el XXV Ayuntamiento de Tijuana, mismo que solicitó se estableciera un dictamen sobre las condiciones del frontispicio; solicitud basada en un Acta Circunstancia Especial con fecha del 01 de mayo de 2025, expedida por la Dirección de Protección Civil municipal donde, entre otras cosas señala que, derivado del sismo registrado el 14 de abril del presente año, se presentaron “fisuras, agrietamientos y hundimientos”, lo que refuerza la necesidad de esta acción preventiva en favor de la seguridad y la preservación del inmueble.

De esa fecha a hoy, el Ayuntamiento ha venido haciendo lo propio. En primera instancia, gestionó que una entidad especializada como el Instituto Nacional de Antropología e Historia obedeciera al tema, firmando una alianza que garantiza que todas las actividades que se realicen relativas al retiro, restauración y reincorporación del frontispicio serán guiadas y supervisadas por dicha entidad. Por otro lado, está el tema de la solicitud al Consejo Estatal de Patrimonio Cultural de Baja California de citar a sesión extraordinaria para evaluar las posibilidades de restauración de la Casa de la Cultura, señalando en medida emergente las actuales condiciones del frontispicio.

Así, los primeros pasos están cumplidos a cabalidad por el Ayuntamiento de Tijuana, el cual fue autorizado a proseguir con el plan de retiro preventivo del elemento arquitectónico, para lo que posteriormente deberá presentar en la próxima sesión ordinaria su proyecto de restauración integral.

Lo anterior, de acuerdo con el dictamen de Amorphica Design Research Office que establece que, el frontispicio actual de la Casa de la Cultura representa un riesgo estructural inminente y requiere intervención urgente. Su valor simbólico y visual puede conservarse mediante una adecuada documentación, remoción, exhibición y restauración controlada.

Cabe señalar que según el estudio especializado, el frontispicio presenta fisuras profundas, pérdida de cohesión y corrosión en los anclajes, condiciones que representan un peligro real de colapso. Con base en la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural de Baja California, el Consejo reconoció que esta medida constituye una acción legal, necesaria y proporcional; donde el objetivo es claro, prevenir riesgos y garantizar tanto la seguridad de la comunidad como la preservación de uno de los espacios culturales más representativos de la ciudad.

Es aquí donde hago un paréntesis para plantear la siguiente interrogante: De no haberse tomado esta medida precautoria siguiendo los lineamientos establecidos por la Ley de Patrimonio Cultural y que hubiese colapsado la pieza causando más daños al inmueble o bien daños directos sobre usuarios del mismo, ¿Cuál habría sido el actuar de la comunidad cultural?

Partiendo de la anterior interrogante, la comunidad cultural a la cual pertenece la autora de la presente columna, cuándo la gestión institucional se basa en un beneficio directo más que en un capricho, cuando hay mucho más que perder dejando el frontispicio de la Casa de la Cultura de Tijuana sin restaurar, que remozándolo con todos los cuidados de preservación que implica por ser una pieza histórica y remontándolo en su lugar una vez que esté listo, ¿Cuál es el afán de cuestionar la honorabilidad del proceder del consejo?

En México existen 35 sitios inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (hasta 2024), de los cuales 27 son bienes culturales. Esta cifra incluye centros históricos, zonas arqueológicas y otros tipos de inmuebles y conjuntos que son reconocidos por su valor universal excepcional. La lista más reciente de la UNESCO en 2025 incluye 36 sitios, 28 culturales, 6 naturales y 2 mixtos, esto es, la cifra de sitios culturales aumentó en 1.

Tan solo el Palacio de Bellas Artes es un edificio con declaratoria de patrimonio cultural desde 1987, uno de los inmuebles más representativos de la Ciudad de México declarados Monumento Artístico, lo que resalta su importancia cultural y artística. Este espacio ha tenido al menos dos grandes restauraciones después de su declaratoria como Patrimonio Cultural, con proyectos que se enfocaron en la restauración de su interior como, el vestíbulo, las salas, el Museo y la Sala Principal y su exterior, y que se han extendido a lo largo de los años para atender el constante hundimiento del edificio, con el objetivo de preservar los murales y la arquitectura del recinto; sin contar el cuidado y mantenimiento continuo al Telón Fijo de la Sala Principal del Palacio.

De entonces a hoy, en lo que respecta a Palacio de Bellas Artes, no ha habido comunidad cultural que en términos de lo nacional esté en contra de la preservación de los espacios con declaratoria de patrimonio cultural a través de la restauración, porque es sencillo entender que más allá de polémicas y politizaciones, está la salvaguarda histórica en términos de infraestructura y de la prevención de accidentes que pudiesen atentar contra la integridad física del personal que labora en dichos recintos, o lo que es peor contra los visitantes y usuarios de los mismos.

Sin duda, como comunidad cultural nos hace falta aprender a discernir cuándo hay una decisión arbitraria en contra de nuestros intereses como comunidad, pero también en contra de todo aquello que nos representa. De igual modo, nos hace falta reconocer cuando la voluntad política se asoma para dar pasos en favor de lo que es nuestro en términos de identidad e historia.

Si nos vamos a poner a cuestionar quienes integran el Consejo de Patrimonio Cultural de Baja California entonces el origen del tema ha desvirtuado su camino, porque el reflector se debe alcanzar con acciones, más allá de las palabras y los señalamientos. Tampoco se trata de aplaudir las acciones porque para eso nuestras autoridades culturales perciben un salario, para hacer su trabajo, pero sí es vital entender los objetivos de estas decisiones, que van tras la preservación digna y ordenada del espacio, pero también buscan salvaguardar la integridad de los usuarios de la Casa de la Cultura de Tijuana.

Lo que sí es necesario, es seguir de cerca el proyecto de remoción, restauración y reincorporación del frontispicio de la Casa de la Cultura de Tijuana, del cual será responsable el XXV Ayuntamiento de Tijuana como propietario del inmueble y al cual se le ha otorgado un tiempo determinado para presentar este proyecto.

Así que, ¿para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo?

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here